12 LUGARES IMPRESCINDIBLES QUE VISITAR EN FERMOSELLE
Fermoselle es uno de los pueblos más bonitos de España, con sus centenarias bodegas y sus paisajes de película, que te atraparán en un viaje por la belleza de la localidad. En este artículo queremos mostrarte los 12 lugares imprescindibles que debes conocer en «la Villa del Vino».
A lo largo de este artículo pasearemos por la localidad zamorana de Fermoselle, pero primero, debemos enclavarla geográficamente. La localidad es el último pueblo zamorano antes de cruzar la frontera hacia Portugal, por lo que se encuentra al oeste de la provincia, limitando además al sur con la provincia de Salamanca. pertenece a la comarca de Sayago y es el centro neurálgico del Parque Natural Arribes del Duero.1 Está a unos 60 km de Zamora capital por la CL 527.
Su nombre deriva del astur-leonés. Por un lado, «fermoso», cuyo significado es «hermoso»; y por otro, el diminutivo «-elle», lo que castellanizado sería «-illo/-illa», es decir, algo «pequeño». Por lo tanto, su significado castellanizado sería «Hermosillo».
El pueblo nace en la época prehistórica pero sabemos que desde época medieval sabemos que fue lugar recurrente para el descanso de los peregrinos que venían haciendo el camino de Santiago. Además de esto, hay que tener en cuenta que este municipio es conocido como la villa del vino por sus innumerables bodegas, y de hecho, se conoce por el sobrenombre simbólico del «pueblo de las 1000 bodegas«.
Dicho esto, ¿Cuál será el primer lugar que debemos visitar nada más aterrizar en Fermoselle? Está claro, sus bodegas subterráneas. Estas las podemos dividir en dos tipos: las históricas, centenarias y las industriales, donde se sigue haciendo el vino hoy en día.
Ambos tipos son espectaculares, y se pueden visitar en las Visitas guiadas del proyecto Fermoselle Villa del Vino. Os animo a conocerlas, pues merecen la pena, ya que, además de un recorrido sencillo, allí abajo no se pasa ni frío en invierno ni calor en verano, ya que siempre se encuentran a la misma temperatura. Por tanto, en Fermoselle hay dos pueblos: el que vemos a ras de cielo y el que se halla a ras de suelo, así que no desaprovechéis esta maravillosa oportunidad.
Saliendo de la zona subterránea y empezando por el centro neurálgico de la villa, tenemos la Plaza Mayor. Se trata de una plaza porticada del siglo XVII que ha sido objeto de numerosas transformaciones. Dentro de ella podemos encontrar el Ayuntamiento y la Oficina de turismo. Durante el mes de agosto este lugar se convierte en el protagonista de las fiestas de San Agustín, pues se monta la «Plaza de Madera», tradición que se celebra desde el siglo XVI, ya que ahí se terminan los encierros taurinos, aunque también se colocan escenarios para las verbenas, se realizan degustaciones gastronómicas, exhibiciones de aves rapaces, etc.
Nada más salir del recinto, el siguiente edificio que nos llama la atención es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construcción tardo románica del siglo XII. Al igual que la Plaza Mayor, ha sido objeto de numerosas
transformaciones y ampliaciones, en el siglo XV y XVII , y conserva elementos y características de cada
momento histórico. La entrada es gratuita y guía es un libro abierto de información que, os lo
explicará las maravillas y contextos de esta obra tan típicamente zamorana y dentro de su contexto. Un último dato es que en 2013 ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC), aunque Fermoselle lo lleva siendo desde la década de 1970.
Saliendo del templo tenemos dos opciones. Por una parte, podemos subir por la calle principal (Calle de Requejo) y, pasaremos por el arco ojival de Doña Urraca, único elemento arquitectónico que conserva Fermoselle del sistema defensivo medieval de la muralla. Además, es un punto de unión de varias calles que a su vez ejerce como
separación entre el casco histórico y el casco moderno.
A su derecha, encontraremos el barrio medieval, con callejuelas estrechas, y desde éste, girando a la izquierda, podremos llegar al Mirador del Torojón y disfrutar de una panorámica espectacular en la cual, de un simple vistazo, abarcaremos tanto el núcleo urbano como el entorno natural que rodea al municipio.
Para quienes quieran hacer un poco más de ejercicio, pueden cruzar el Arco mencionado y subir la cuesta que se presenta a la derecha, la cual nos llevará hasta Santa Colomba, la zona alta del pueblo, donde encontraremos otra iglesia, mucho más pequeña que la de la Asunción, pero de la misma época.
Ahí recibe culto el Cristo del Humilladero, una talla de madera románica del siglo XI que fue trasladado desde la ermita del Humilladero en 1913. Es el tesoro artístico de mayor valor del pueblo, por lo que si tenéis ocasión, no desaprovechéis la oportunidad de visitarlo. Aparte de esta talla, existen otras figuras de valor en su interior por su antigüedad. Hacia la mitad de la cuesta aproximadamente, a mano derecha, hay una indicación para llegar igualmente hasta el citado Mirador del Torojón.
Por otra parte, desde la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción podemos bajar hacia la otra calle principal, Isidro Cabezas y su continuación, la calle Manuel Rivera Lozano. A mano derecha habrá una mínima bajada para
poder disfrutar de otro mirador. Este nos concederá vistas de los parajes orientados al oeste con los característicos bancales y la parte sur del casco urbano de Fermoselle. Actualmente es conocido como el Mirador del Beso, aunque siempre ha sido denominado el Mirador del Terraplén porque la calle donde se encuentra se llama así.
Saliendo de ahí y bajando la calle principal llegaremos hasta la Plaza de Francisco Galiana (alcalde de Fermoselle, que trajo el agua potable al pueblo. Como muestra de agradecimiento por este hecho, se le puso su nombre a dicha Plaza) conocida como la Plaza Vieja. Ahí volvemos a tener dos opciones. Por un lado, podemos girar a la derecha e ir por el Paseo de la Ronda para disfrutar de unas impresionantes vistas hacia Arribes del Duero.
Por otro lado, podemos seguir de frente cruzando la carretera y subir la cuesta San Juan para llegar a la Casa del Parque, el centro de interpretación del Parque Natural Arribes del Duero, que ayudará a conocer más la localidad y su entorno, desde el punto de vista geográfico, natural e histórico. Este lugar se crea en el antiguo Convento de San Francisco, edificio del siglo XVIII, con ubicación inmejorable. Además, dispone de una zona audiovisual, en la que se proyecta un vídeo que recorre la naturaleza y formas de vida de la zona. Por si fuera poco, la atención al público corre a cargo de gente con experiencia y conocedora del entorno.
Para ir concluyendo, nos quedan dos destinos muy cercanos entre sí, pero más alejados del pueblo. Pasando el cementerio, a la derecha, comienza un camino transitable a pie y en coche, que nos lleva hasta la Ermita de Santa Cruz o la ermita del Cristo del Pino, una obra que podría datarse del siglo X, aunque no se puede afirmar con seguridad dadas las profundas reformas que ha sufrido, las cuales han llevado a perder su estructura original. Esta ermita solamente se abre el Lunes de Pentecostés .Sin embargo, es un gran mirador natural, con merendero y es un lugar estratégico y único para disfrutar de otra de las panorámicas que se nos ofrece Fermoselle sobre las rocas.
Partiendo de ahí, el siguiente y último destino que mencionaremos es el Mirador de las Escaleras. La ruta es fácil tanto a nivel técnico como físico, con una distancia de unos 3 km. Se puede hacer durante todo el año y su interés se puede apreciar desde el punto de vista geológico y paisajístico.
Como ya hemos dicho, el sendero se inicia en las proximidades de la ermita de Santa Cruz. El recorrido nos lleva hasta las ruinas de una antigua casa de carabineros. Detrás de ella es donde se encuentra el espectacular mirador, un extraordinario lugar desde donde se puede admirar la rotunda belleza de este territorio que limita con Portugal, donde se hallan la Comarca de la Raya y el Parque Natural de los Arribes del Duero. En suma, es un lugar privilegiado desde el que contemplar este paisaje tan agreste y bello.
Como habréis podido deducir de todo lo que habéis ido leyendo, Fermoselle es un pueblo con gran extensión y con un patrimonio cultural y natural únicos en toda la comunidad, siendo uno de los enclaves más bonitos de España. Sabiendo esto, ¿a qué esperas para venir a visitarlo?